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Los tensioactivos son moléculas compuestas de dos partes: polar y apolar. La parte polar, también llamada parte hidrofílica, tiene una mayor afinidad por el agua. La parte no polar, por otro lado, se conoce como hidrofóbica, ya que tiene poca afinidad por el agua. Los tensioactivos tienen varias aplicaciones en las más variadas industrias, como la alimentaria, cosmética, farmacéutica, agroquímica y pinturas, y es esta asociación de dos partes con polaridades distintas en una misma molécula la que confiere la mayoría de las características de los productos que se conocen.
Molécula de tensoactivo
Son componentes esenciales para la formulación de pinturas y, en la composición del látex, entran durante el proceso de polimerización y, en la tinta final, durante el proceso de dispersión de pigmentos y cargas. En ambos procesos, actúan como estabilizadores del sistema. Además, los tensioactivos se pueden utilizar como aditivos al final de todo el proceso para ajustar propiedades específicas, ya que una de las principales características de un tensioactivo es su valor HLB (equilibrio hidrófilo-lipófilo), lo que permite elegir el mejor tensioactivo para cada aplicación específica y tiene una gran influencia en el rendimiento final del recubrimiento.
En la mayoría de los sistemas, una mezcla de tensioactivos es más eficaz en la emulsificación que un solo producto. Al mezclar tensioactivos es posible ajustar la proporción de cada uno para alcanzar exactamente el valor de HLB (equilibrio hidrófilo-lipófilo) del sustrato a emulsionar. Además, la mezcla permite realizar pequeños ajustes para optimizar la emulsión, lo que no es posible cuando se utiliza un solo compuesto. Dichas mezclas se realizan habitualmente entre tensioactivos con diferentes afinidades, es decir, uno de mayor carácter hidrófilo y otro de mayor carácter lipófilo.
En las pinturas, principalmente base agua, existen sistemas muy complejos que contienen varios componentes, que, en condiciones normales, no formarían una solución homogénea. Por ello, se utilizan varios tensioactivos para estabilizar y comprobar las propiedades de cada tipo de pintura.
EL PROCESO DE DISPERSIÓN
El proceso de dispersión de pigmentos se puede dividir en tres etapas: humectación, dispersión/trituración y estabilización. En la etapa de humectación es importante utilizar un aditivo que sea capaz de reducir la tensión superficial del agua y le permita penetrar en los poros del pigmento, facilitando así la humectación de los pigmentos a dispersar.
En la etapa de dispersión/trituración, los aglomerados de pigmentos se separan mecánicamente en partículas más pequeñas. Los tensioactivos humectantes y dispersantes actúan de forma sinérgica, con el fin de asegurar que el humedecimiento de las partículas más pequeñas generadas se produzca más rápidamente y que no se genere la reaglomeración de las partículas, reduciendo así el tiempo del proceso y, en consecuencia, la energía gastada. La elección adecuada de un tensioactivo humectante y dispersante reduce la interacción entre las partículas de pigmento, disminuyendo la viscosidad del medio, permitiendo una mayor incorporación del contenido de pigmento y asegurando la estabilización de las partículas dispersas en el tiempo. Como el color de los pigmentos se produce por la absorción y dispersión de la luz en su superficie, el tamaño de las partículas de pigmento, además de la cantidad cargada, interfiere directamente con el color producido.
